Frustran hurto de material de construcción

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Policía intercepta a presuntos delincuentes con millonario cargamento hurtado.

Gracias a la reacción inmediata de nuestros uniformados, la Policía Nacional frustró un intento de hurto que pretendía afectar a un comerciante nariñense, recuperando mercancía valuada en más de 100 millones de pesos.

En una operación desarrollada por la Seccional de Tránsito y Transporte del Departamento de Policía Nariño, se logró frustrar un millonario hurto de material de construcción en la vía que conduce de Pasto a Rumichaca, a la altura del municipio de Ipiales.

Gracias a la reacción inmediata de los uniformados y al llamado oportuno de la comunidad, fueron capturadas en flagrancia dos personas que se movilizaban en un vehículo tipo tractocamión, en el cual transportaban 2.286 varillas y más de 6.400 kilogramos de alambre, mercancía que había sido sustraída de un establecimiento comercial de la zona. El material, avaluado en más de 100 millones de pesos, fue recuperado en su totalidad, y el vehículo utilizado en el hecho fue incautado.

Este importante resultado se dio en el marco del “Plan Cazador”, estrategia institucional que fortalece los controles en los principales corredores viales del departamento y garantiza una respuesta efectiva frente a las diferentes manifestaciones delictivas que afectan la seguridad ciudadana.

La Policía Nacional en Nariño resaltó la importancia de la participación ciudadana, destacando que el aviso oportuno de la comunidad fue clave para neutralizar el hecho.

“Cada alerta que recibimos es una oportunidad para actuar con eficacia. Este tipo de resultados demuestra que el trabajo conjunto entre la Policía y la ciudadanía es la mejor herramienta para combatir el delito”, señaló el señor coronel John Jairo Urrea Rozo, comandante del Departamento de Policía Nariño.

Con esta acción, la Policía Nacional reafirma que el control en las vías del departamento es permanente y que, frente a quienes buscan vulnerar la tranquilidad y el patrimonio de los nariñenses, la respuesta será firme, rápida y contundente.

Unidad

Notificación por aviso auto de apertura 0016-25 señor Marcelino Gutiérrez Cárdenas

Notificación por aviso auto de apertura 0016-25 señor Marcelino Gutiérrez Cárdenas
Fecha fijación
-
Tipo de acto administrativo
Citación por aviso
Nombre
Marcelino Gutiérrez Cárdenas
Unidad
Boyacá
Número proceso
0016-25

Más de 45.000 jóvenes formados en prevención: la Policía Metropolitana de Montería fortalece su programa escolarizado contra el consumo de drogas.

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Tres uniformados han liderado durante nueve años la formación de más de 45.000 jóvenes en prevención del consumo de drogas.

Con el Programa Escolarizado de Prevención del Consumo de Sustancias Psicoactivas, la Policía Metropolitana de Montería continúa desarrollando espacios pedagógicos y de orientación dirigidos a estudiantes de instituciones educativas del área metropolitana, con el propósito de fortalecer sus capacidades para la toma de decisiones responsables y la promoción de estilos de vida saludables.

En esta oportunidad, los uniformados realizaron una jornada educativa en la Academia Frederick Floret, dirigida a estudiantes de los programas Auxiliar en Farmacia, Enfermería, Salud Pública, Administración en Salud y Salud Oral. La capacitación tuvo como objetivo prevenir el consumo de drogas y otras sustancias psicoactivas desde la formación académica y el liderazgo juvenil.

Durante el encuentro se abordaron temas como:

  • Riesgos y consecuencias del consumo de sustancias psicoactivas y su impacto en la salud física y mental.
  • Señales de alerta para detectar posibles casos de consumo en jóvenes y adultos.
  • Estrategias de prevención para fomentar entornos educativos y familiares libres de drogas.

El Programa Escolarizado, que ya completa nueve años de implementación, ha permitido capacitar a más de 45.000 jóvenes en los cinco municipios que integran el área metropolitana de Montería, consolidándose como una de las estrategias más sólidas de la Institución para el trabajo preventivo con las nuevas generaciones.

Estas acciones se desarrollan en el marco de las actividades institucionales de la Policía Metropolitana de Montería para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas en los cinco municipios del área metropolitana, reafirmando su compromiso con la educación, la salud y el bienestar de la juventud cordobesa.

“Seguros, Cercanos y Presentes".

Unidad

La Policía fortalece entornos protectores en el Mercadito del Sur

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Durante la jornada se entregaron recomendaciones sobre autocuidado, corresponsabilidad, prevención del trabajo infantil y violencia de género.

En cumplimiento de la Estrategia de Protección a la Adolescencia e Infancia Segura (E-PAIS), el Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana San Jerónimo de Montería desarrolló una actividad de prevención en el Mercadito del Sur.

La jornada estuvo dirigida a comerciantes del sector y tuvo como propósito entregar recomendaciones sobre autocuidado, corresponsabilidad, trabajo infantil y violencia de género. Durante la actividad se socializaron las líneas de atención 123 de la Policía Nacional y 141 del ICBF, como canales para reportar oportunamente cualquier situación que vulnere los derechos de niños, niñas y adolescentes.

La actividad fue liderada por la señora capitán Maday Moreno Catalán, jefe de la Seccional de Protección y Servicios Especiales de la Policía Metropolitana de Montería, quien resaltó la importancia de estos planes en la prevención y protección de los entornos comunitarios.

La Policía Metropolitana de Montería, en el marco de la estrategia institucional “Seguros, Cercanos y Presentes”, reitera su compromiso con la protección ciudadana y hace un llamado a la comunidad para que participe activamente en las acciones de prevención como una medida de apoyo a la seguridad colectiva.

Unidad

Comunicación actuación GS-2025-114510-DEUIL Oscar España Ducuara

Comunicación actuación GS-2025-114510-DEUIL Oscar España Ducuara
Fecha fijación
-
Tipo de acto administrativo
Comunicación oficial
Nombre
Oscar España Ducuara
Unidad
Huila
Número proceso
AR-DEUIL-2025-12900

Policía Nacional y el grupo Gaula capturan dos personas por el delito de secuestro simple en Barranquilla

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Los capturados registran tres anotaciones judiciales previas por los delitos de concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y lesiones personales.

La Policía Nacional, a través del GAULA, en coordinación con personal del Modelo del Servicio de Policía, logró la captura en flagrancia de dos personas señaladas del delito de secuestro simple, en hechos ocurridos en el sector Alameda del Río, en la ciudad de Barranquilla.

El operativo se activó tras recibir información directa de un familiar de la víctima, quien reportó su desaparición. Gracias a la reacción oportuna de los uniformados, se desplegaron labores de verificación y búsqueda que permitieron ubicar y rescatar al ciudadano, quien se encontraba privado de la libertad en contra de su voluntad. Durante la acción policial, los responsables fueron identificados y capturados en flagrancia.

De acuerdo con las investigaciones, la víctima había llegado recientemente a la ciudad, y durante el rescate señaló directamente a los hoy capturados como responsables de su retención.

Los detenidos presentan tres anotaciones judiciales previas por los delitos de concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y lesiones personales.

El comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, brigadier general Edwin Masleider Urrego Pedraza, indicó:

“Al parecer, el motivo del secuestro estaría relacionado con una transacción por tráfico de estupefacientes. Este resultado refleja la eficacia de nuestros grupos especializados y la importancia de la articulación con la ciudadanía. Continuaremos trabajando para proteger la vida y garantizar la seguridad de todos los barranquilleros”.

La Policía Nacional invita a la comunidad a denunciar cualquier hecho delictivo a través de la línea de emergencia 123 o de la Línea Contra el Crimen 3178965523, garantizando absoluta reserva de la información.

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Donde el viento destruyó hogares, la Policía sembró esperanza.

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Los policías no solo reconstruyeron casas: levantaron sueños, suturaron heridas invisibles y recordaron a toda una comunidad que no está sola.

El cielo de Mitú, en el departamento del Vaupés, amaneció despejado aquel día. El municipio, ubicado en el sureste de Colombia, en la frontera con Brasil, se preparaba para vivir sus tradicionales Ferias y Fiestas de Integración y Reinado de Colonias: los parlantes tronaban con música, las calles se llenaban de color, las risas de los niños se mezclaban con el aroma de la gastronomía típica y el sonido de los tambores. Era una jornada pensada para celebrar la vida y las raíces. Pero, en medio de aquella alegría colectiva, el destino tenía otros planes. Sin previo aviso, el viento cambió de humor. Primero fue una brisa inquieta, luego un rugido implacable. Un vendaval furioso azotó el humilde barrio Urania y, en cuestión de minutos, lo que había sido hogar se convirtió en ruina.

La noticia llegó al corazón de la Policía como llegan las tragedias: urgente, inesperada, desgarradora. Mientras todos celebraban, el subteniente Jhon Briam Peña Bermúdez recibió un llamado: el auxiliar Chirley había perdido su casa tras la caída de un enorme árbol. Sin pensarlo dos veces, dejó la festividad y reunió parte de su equipo: el patrullero Claudir Habith de Vega Medel, la patrullera Deysi Dayana Gutiérrez Rivas y el auxiliar Steven Paul Peinado Peralta.
La misión había cambiado; ya no era apoyar la seguridad en aquella celebración, sino algo mucho más profundo: ser el consuelo y la fuerza de una comunidad que lo había perdido todo.

Cuando la patrulla llegó al barrio Urania, el silencio era más fuerte que cualquier sirena. Las calles estaban cubiertas de ramas, los techos de zinc colgaban torcidos como si fueran papel, y los juguetes de los niños flotaban en el barro. Más de 60 familias habían quedado a la intemperie. Las mujeres intentaban rescatar lo poco que quedaba de sus pertenencias, los ancianos observaban con resignación, y los más pequeños, confundidos, abrazaban a sus madres sin entender por qué ya no tenían casa.

Fue entonces cuando aquellos cuatro uniformados decidieron convertirse en mucho más que policías. Dejaron atrás los protocolos y tomaron hachas, machetes y martillos. Con las manos cubiertas de tierra y el uniforme empapado por la lluvia, comenzaron a cortar árboles caídos, retirar escombros y reconstruir paredes improvisadas con lo que encontraban. No había descanso ni tiempo para la fatiga; cada clavo que martillaban era un pedazo de dignidad que regresaba a las familias.

En medio de la emergencia había lágrimas contenidas, abrazos sinceros y miradas que, pese al dolor, volvían a brillar. La patrullera Deysi, con el rostro enrojecido por el esfuerzo, no dejaba de trabajar al lado de las madres que trataban de salvar sus enseres. El patrullero Claudir, con un niño dormido en sus brazos, ayudaba a levantar un nuevo techo. Y el subteniente Peña, con voz firme pero serena, organizaba a la comunidad para que todos colaboraran.

“Cuando creíamos que lo habíamos perdido todo, llegaron ellos. No solo nos ayudaron a levantar nuestras casas, sino también nuestra moral. Su generosidad y humanidad nos devolvieron la esperanza”, dice con la voz entrecortada una de las vecinas afectadas.

Pero la jornada solidaria no terminó ahí. En la casa del auxiliar Chirley encontraron a sus padres en una acalorada discusión con un vecino por la caída del árbol que destruyó su vivienda. Una vez más, la patrulla cambió de rol: esta vez no eran rescatistas, sino mediadores de paz. Con paciencia y empatía, calmaron los ánimos y lograron un acuerdo entre ambas partes. Luego, como si aún les sobraran fuerzas, ayudaron a reconstruir la vivienda familiar.

Cuando ya el cansancio se reflejaba en los rostros de los policías, un gesto sencillo coronó su labor. Una de las familias les regaló una pequeña bolsa de limones. Para muchos podría parecer insignificante, pero para ellos fue un símbolo de gratitud infinita.
“La mejor medalla que uno puede llevar en el pecho es el cariño de la gente. Eso vale más que cualquier condecoración”, confesó el subteniente Peña con una sonrisa que, por primera vez en el día, dejaba ver el orgullo de haber cumplido con el deber más noble: servir.

“La labor de estos policías es el reflejo más humano de lo que significa portar un uniforme: estar donde nos necesitan, no solo cuando la ley lo exige, sino cuando la vida lo necesita”, expresó el coronel Felipe Andrés Ardila Valderrama, comandante del Departamento de Policía Vaupés.
“Nuestro mayor orgullo es servir con entrega. Cada hombre y cada mujer de esta institución trabaja incansablemente por el bienestar de los ciudadanos”, puntualizó.

La emergencia abrió un espacio para la solidaridad, la empatía y la esperanza.
Los policías no solo reconstruyeron casas: levantaron sueños, suturaron heridas invisibles y recordaron a toda una comunidad que no está sola. En cada golpe de martillo y en cada mano tendida se escribió una lección profunda:
la seguridad no siempre llega en forma de patrullas o sirenas; a veces llega en forma de humanidad pura, vestida con el verde de la esperanza.

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