respuesta ticket No. 720582-20250710
respuesta ticket No. 719541-20250709
Respuesta Queja No. 160 Solicitud No. 705336-20250613
publicidad de acto administrativo resolución 01464 del 30/05/25 patrullero (Retirado) Jefersson Camilo Gómez Hernández
Ofensiva contra el tráfico de estupefaciente en Cartagena deja tres capturados en 24 horas
En desarrollo de planes contra el tráfico de estupefacientes en diferentes sectores de la ciudad, fueron capturadas tres personas en flagrancia en las últimas 24 horas.
Capturado ‘el Deibys’, en el barrio La María por tráfico de estupefacientes.
En la calle 53 del barrio La María, las patrullas de vigilancia capturaron a ‘el Deibys’, quien fue sorprendido en poder de una bolsa plástica llena de marihuana, lista para su comercialización.
Durante el procedimiento se incautaron más de 300 dosis de este estupefaciente.
En La Esperanza, un jíbaro capturado con alucinógenos.
En un operativo de registro y control en la calle 30 del barrio La Esperanza, por información de la ciudadanía fue capturado ‘el Nelson’, a quien se le incautó una bolsa en cuyo interior iban 100 dosis de marihuana, listas para su comercialización.
En el Pozón, capturado ‘el Humbertico’, con más de 50 dosis de base de coca.
Finalmente, en el barrio el Pozón, gracias a la oportuna reacción de las patrullas de vigilancia, fue capturado ‘el Humbertico’, con más de 50 dosis de base de coca, quien es señalado por la comunidad del expendio de estas sustancias en el sector.
Los estupefacientes decomisados y los capturados fueron dejados a disposición de la Fiscalía General de la Nación, a la espera de las audiencias preliminares para resolver su situación jurídica.
El comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, el brigadier general Gelver Yecid Peña Araque, destacó que en lo corrido del año se han capturado 1.686 personas por tráfico de estupefacientes y se han incautado más de 541 kilos de alucinógenos, entre marihuana, base de coca, bazuco, cocaína y tusi.
“Estamos dando golpes contundentes contra estas estructuras multicrimen que no solo se disputan el tráfico local de estupefacientes, sino que además son generadoras de hechos violentos y homicidios en diferentes sectores de la ciudad. Por eso nuestro llamado a los cartageneros es a seguir cooperando, bajo absoluta reserva, para identificar a los delincuentes y a todas estas estructuras criminales que atentan contra la seguridad y convivencia de la ciudadanía”, sostuvo.
La Policía Metropolitana de Cartagena intensifica operativos para judicializar a los responsables de la comisión de hechos delictivos, solicitando la colaboración de los ciudadanos con información oportuna y veraz, informando a la Línea de Emergencia 123 – 321 3946246. E mail: sijin.mecar@policia.gov.co
“Notificación por Aviso” respuesta de la Solicitud Nro. 714887-20250701
Golpe contundente a la criminalidad en la comuna Villa Santana de la capital risaraldense
En una contundente operación interinstitucional, la Policía Metropolitana de Pereira y la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación y con el apoyo del GAULA Militar, la Unidad Nacional de Intervención Policial y de Antiterrorismo (UNIPOL) y la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO), lograron la desarticulación del grupo delincuencial común organizado “Amón”, que venía operando bajo el mando de alias “La Negra” en la comuna Villa Santana.
La ofensiva incluyó la ejecución de nueve diligencias de allanamiento y registro, que permitieron la materialización de cinco órdenes de captura, entre ellas la de su principal cabecilla, alias “La Negra”. De acuerdo con las investigaciones, esta estructura criminal se dedicaba a mantener el control territorial de rentas ilícitas a través de actividades como extorsión, amenazas, desplazamiento forzado y tráfico de estupefacientes, con una alta incidencia en hechos de homicidio en esta zona de Pereira. Parte de sus ingresos ilegales eran canalizados al grupo delincuencial Cordillera.
Esta organización también dinamizaba el uso de armas de fuego para intimidar y generar zozobra entre los residentes del sector, perfilando inmuebles estratégicos y obligando a sus ocupantes a abandonarlos, para posteriormente ser utilizados con fines criminales.
Además, sometían a comerciantes locales y transportadores informales a un régimen de extorsiones mensuales que oscilaban entre dos y tres millones de pesos, consolidando así su influencia criminal en el sector.
Alias "La Negra", cabecilla de la organización, habría estado dinamizando acciones enfocadas a generar su reconocimiento como líder comunitaria y de esta manera ocultar su actividad criminal. Información recolectada indica que estaría presuntamente vinculada a homicidios y hechos de violencia ocurridos entre 2022 y 2023, derivados de disputas territoriales con otras estructuras delincuenciales, así como acciones violentas presentadas en el presente año contra componentes criminales rivales de Villa Santana.
Los capturados deberán responder por delitos como desplazamiento forzado, extorsión, secuestro simple y concierto para delinquir.
Este resultado operativo se alinea con los lineamientos presidenciales de protección a comunidades vulnerables, y representa un avance significativo en la convivencia y seguridad ciudadana Villa Santana.
La Policía Metropolitana de Pereira reafirma su compromiso con la seguridad y la justicia, y continúa desarrollando acciones contundentes contra el crimen organizado; a su vez, invitamos a nuestros ciudadanos a que nos informen de manera oportuna cualquier actuación que afecte la convivencia y seguridad ciudadana, a través de la línea única de emergencias 123, o a los números de celulares 3143587212 de la Seccional de Inteligencia Policial y 3203057117 de la Seccional de Investigación Criminal.
Bolívar no olvida a sus héroes: Una ceremonia que tocó el alma y estremeció la memoria
En un país donde muchas veces el olvido parece ganarle al deber de recordar, la Policía Nacional en el departamento de Bolívar se resistió este sábado a la indiferencia, en sus instalaciones se vivió algo más que una ceremonia: se respiró dolor contenido, orgullo callado, lágrimas que no siempre se ven, pero que arden en el pecho. Fue un acto profundo de justicia moral para quienes entregaron lo más sagrado —la vida, la salud, la tranquilidad— por defender la paz de todos.
Cada 19 de julio, en virtud de la Ley 913 de 2004, se celebra el Día del Héroe de la Nación y sus Familias. Pero más allá de una ley escrita en papel, es una fecha que debe estar tatuada en la conciencia nacional. Este 2025, Bolívar no solo conmemoró: abrazó con memoria viva a sus héroes, vivos y ausentes, visibles e invisibles.
Desde muy temprano, el ambiente se llenó de solemnidad. La izada del pabellón nacional lenta, digna, casi sagrada fue seguida por un minuto de silencio que habló más que mil discursos, y una oración patria que elevó no solo palabras, sino emociones contenidas.
"Hoy nos reunimos para rendir tributo de admiración, gratitud y respeto por el sacrificio realizado por los hombres de la patria, quienes en cumplimiento de su deber han sido asesinados o heridos por los grupos ilegales que delinquen en nuestro territorio", dijo con voz firme el teniente coronel John Edwar Correal Cabezas, comandante (e) del Departamento de Policía Bolívar.
Y sus palabras siguientes calaron hondo, incluso entre quienes llevan años reprimiendo las lágrimas: “Nuestros héroes se han convertido en semilla de libertad y de gloria. Siempre vivirán en la memoria de sus familias y en las páginas de nuestra historia.”
La actividad fue liderada por En un país donde muchas veces el olvido parece ganarle al deber de recordar, la Policía Nacional en el departamento de Bolívar se resistió este sábado a la indiferencia, en sus instalaciones se vivió algo más que una ceremonia: se respiró dolor contenido, orgullo callado, lágrimas que no siempre se ven, pero que arden en el pecho. Fue un acto profundo de justicia moral para quienes entregaron lo más sagrado —la vida, la salud, la tranquilidad— por defender la paz de todos.
Cada 19 de julio, en virtud de la Ley 913 de 2004, se celebra el Día del Héroe de la Nación y sus Familias. Pero más allá de una ley escrita en papel, es una fecha que debe estar tatuada en la conciencia nacional. Este 2025, Bolívar no solo conmemoró: abrazó con memoria viva a sus héroes, vivos y ausentes, visibles e invisibles.
Desde muy temprano, el ambiente se llenó de solemnidad. La izada del pabellón nacional lenta, digna, casi sagrada fue seguida por un minuto de silencio que habló más que mil discursos, y una oración patria que elevó no solo palabras, sino emociones contenidas.
"Hoy nos reunimos para rendir tributo de admiración, gratitud y respeto por el sacrificio realizado por los hombres de la patria, quienes en cumplimiento de su deber han sido asesinados o heridos por los grupos ilegales que delinquen en nuestro territorio", dijo con voz firme el teniente coronel John Edwar Correal Cabezas, comandante (e) del Departamento de Policía Bolívar.
Y sus palabras siguientes calaron hondo, incluso entre quienes llevan años reprimiendo las lágrimas: “Nuestros héroes se han convertido en semilla de libertad y de gloria. Siempre vivirán en la memoria de sus familias y en las páginas de nuestra historia.”
La actividad fue liderada por el Grupo Territorial para la Paz de la Policía Nacional, con la participación del mayor Walter Ramos Romero, y un momento espiritual a cargo del presbítero capellán, Raúl Olmos, quien elevó una oración cargada de ternura y esperanza por quienes partieron, y de fortaleza por quienes siguen levantando a diario la bandera del deber cumplido.
Pero lo más poderoso del evento no solo estuvo en las palabras ni en los himnos. Estuvo en los rostros. En el de la madre que aún guarda el uniforme de su hijo como si fuera su segundo corazón. En el de la esposa que, aunque la ausencia le pesa más que el aire, no ha dejado de sonreír con dignidad. En el de los hijos que crecen preguntando por qué su héroe ya no está, y a quienes la patria debe responder con memoria, verdad y gratitud.
La música también tuvo su lugar, porque el arte es la manera más humana de transformar el duelo en homenaje. Las melodías tocaron fibras profundas, como si cada nota pidiera perdón por la ingratitud de un país que, a veces, olvida a sus mejores soldados.
Este homenaje no solo fue para quienes combatieron en el frente, sino también para quienes pelean cada día con el recuerdo, con la soledad, con las heridas invisibles del alma. Para esas familias que son trincheras silenciosas, pero inquebrantables.
En tiempos donde muchos hablan de paz sin recordar a quienes la hicieron posible, este acto fue más que simbólico: fue una declaración de principios, un recordatorio de que no puede haber reconciliación verdadera sin memoria justa.
Bolívar dejó claro que los héroes no mueren cuando caen, sino cuando los olvidamos y por eso, esta fecha no puede quedar sepultada entre efemérides oficiales ni discursos de ocasión. Debe ser vivida, recordada, multiplicada. Porque la paz no se construyó sola: se construyó con el valor de quienes caminaron sabiendo que no siempre regresarían.
Que cada izada de bandera nos haga pensar en ellos. Que cada minuto de silencio sea un eco del amor, del deber y del sacrificio. Porque la patria no es solo un territorio: es también el recuerdo eterno de quienes la amaron hasta el final.el Grupo Territorial para la Paz de la Policía Nacional, con la participación del mayor Walter Ramos Romero, y un momento espiritual a cargo del presbítero capellán, Raúl Olmos, quien elevó una oración cargada de ternura y esperanza por quienes partieron, y de fortaleza por quienes siguen levantando a diario la bandera del deber cumplido.
Pero lo más poderoso del evento no solo estuvo en las palabras ni en los himnos. Estuvo en los rostros. En el de la madre que aún guarda el uniforme de su hijo como si fuera su segundo corazón. En el de la esposa que, aunque la ausencia le pesa más que el aire, no ha dejado de sonreír con dignidad. En el de los hijos que crecen preguntando por qué su héroe ya no está, y a quienes la patria debe responder con memoria, verdad y gratitud.
La música también tuvo su lugar, porque el arte es la manera más humana de transformar el duelo en homenaje. Las melodías tocaron fibras profundas, como si cada nota pidiera perdón por la ingratitud de un país que, a veces, olvida a sus mejores soldados.
Este homenaje no solo fue para quienes combatieron en el frente, sino también para quienes pelean cada día con el recuerdo, con la soledad, con las heridas invisibles del alma. Para esas familias que son trincheras silenciosas, pero inquebrantables.
En tiempos donde muchos hablan de paz sin recordar a quienes la hicieron posible, este acto fue más que simbólico: fue una declaración de principios, un recordatorio de que no puede haber reconciliación verdadera sin memoria justa.
Bolívar dejó claro que los héroes no mueren cuando caen, sino cuando los olvidamos y por eso, esta fecha no puede quedar sepultada entre efemérides oficiales ni discursos de ocasión. Debe ser vivida, recordada, multiplicada. Porque la paz no se construyó sola: se construyó con el valor de quienes caminaron sabiendo que no siempre regresarían.
Que cada izada de bandera nos haga pensar en ellos. Que cada minuto de silencio sea un eco del amor, del deber y del sacrificio. Porque la patria no es solo un territorio: es también el recuerdo eterno de quienes la amaron hasta el final.