Para hacer del cuidado de la salud algo cotidiano y evitar que las personas adquieran enfermedades, los hábitos de vida saludable son indispensables. Algunos son:
Tener una alimentación saludable y equilibrada: la Organización Mundial de la Salud recomienda el aumento en el consumo de comidas bajas en grasas saturadas, así como frutas y verduras.
Hacer actividad física: es necesaria para estimular el cuerpo para un mantenimiento natural y para ayudar a reparar el sistema.
Eliminar el uso del tabaco: este puede ser el mayor riesgo de afectación a la salud de todas las personas, empeorando la calidad de vida y aumentando la posibilidad de una muerte prematura.
Reducir el consumo de alcohol: beber un poco de vez en cuando puede ser placentero. Lo ideal es controlar y reducirlo al máximo.
Controlar el peso: la obesidad afecta la mayoría de los sistemas del cuerpo que puede conducir a enfermedades crónicas no transmisibles.
Dormir lo suficiente: un descanso de calidad de siete horas o más es capaz de reducir el riesgo de problemas como diabetes, hipertensión o infartos. Dormir poco, por el contrario, puede generar problemas de salud mental.
Mantener relaciones sociales sanas: son necesarias para un buen equilibrio mental. La OMS dice que el aislamiento social puede desencadenar en un deterioro gradual de las capacidades físicas y mentales, especialmente en la tercera edad.
Bienestar emocional: el estrés, ansiedad, depresión y cansancio son síntomas cada vez más comunes en la sociedad, por lo que es imprescindible disfrutar del tiempo libre.
Mantener una higiene adecuada: esta recomendación a nivel personal y ambiental puede evitar muchos problemas de salud, empezando por la importancia del lavado de manos.