Los ángeles se visten de verde oliva

A pesar de las dificultades nuestros compañeros siguen trabajando con el corazón.

  • esperanza-en-medio-de-la-pandemia

El covid –19 en menos de tres meses se convirtió en una pandemia, ha obligado a los seres humanos a no salir de sus viviendas, es una amenaza que deambula en las calles y hasta el momento ha contagiado a tres millones ciento setenta mil trecientos treinta y cinco (3.170.335) personas, ha ocasionado la muerte a doscientas veinte custro mil setecientas ocho (224.708) más. Colombia no es la excepción, desde que se conoció el primer caso de coronavirus el pasado 6 de marzo a hoy 29 de abril se han confirmado cinco mil novecientos cuarenta y nueve (5.949) contagiados, doscientos sesenta y nueve (269) muertos y mil doscientos sesenta y ocho (1.268) recuperados. Son datos difundidos por el Ministerio de Salud y Protección Social – Instituto Nacional de Salud, Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades y la Agencia de la Unión Europea.

Un panorama preocupante que ha llevado a los gobiernos de todo el mundo a tomar medidas drásticas como el confinamiento de las personas en su vivienda para contrarrestar la propagación y evitar que más individuos sigan muriendo por causa de este virus. El país sigue la misma recomendación de los expertos, el aislamiento preventivo obligatorio, pero esta no es la nación de las maravillas, las familias de escasos recursos no tienen como alimentarse; los desempleados, trabajadores informales e independientes y muchos ciudadanos más no saben cómo suplir la necesidad básica de la alimentación, no hay alimentos, menos dinero; los recibos de los servicios públicos no se han cancelado y las deudas no dan espera. Todo es desesperanza, angustia y en ocasiones hambruna.

En medio de todas las dificultades aparecen personas de buen corazón y sin tener ningún vínculo sentimental o parentesco ayudan a menguar el caos emocional que genera la pandemia de la angustia a la esperanza. Es el caso del patrullero Uriel de Jesús Pérez Doria, integrante del cuadrante No. 6 de Policía, que en sus labores de patrullaje y lucha contra el crimen también conoce y se solidariza con familias de escasos recursos del sector donde trabaja. Este uniformado en sus labores normales se enteró de la difícil situación por la que pasaban varios hogares de su cuadrante y decidió emprender la titánica labor de ayudarlas, consiguiendo alimentos básicos de la canasta familiar que entregó personalmente lidiando la necesidad de alimentación.

Es una actuación noble, generosa y digna de resaltar; a pesar que no tiene riquezas materiales, en su hogar le inculcaron valores como la solidaridad y la bondad para construir esperanza y contribuir al bienestar de la humanidad. Ahora las coloca en práctica y los resultados se reflejan en la alegría de las personas que en su rostro reflejan la satisfacción y gratitud de las acciones que enseñan cual es la verdadera razón del ser humano.

Todas las personas tienen la capacidad de transformar corazones y cambiar estados de ánimo que impulsen a la creación de bienestar. Así han reaccionado las familias que fueron atendidas por el patrullero Pérez, se apoyan de esa experiencia positiva para actuar y acudir a la ayuda de otras entidades para superar este momento de crisis que azota no solo al país sino al mundo entero.

Policía Nacional: ‘Somos uno. Somos todos’